Celebrar la música

Diario Popular

La música induce estados emocionales al facilitar cambios en la distribución de sustancias químicas que puede motivar estados de ánimo positivos y aumento de la excitación, lo que a su vez puede ayudar a la rehabilitación.

Los seres humanos convivimos con la música en todo momento. Es un arte que nos hace disfrutar de tiempos placenteros, nos estimula a recordar hechos del pasado, nos hace compartir emociones en canciones grupales, conciertos o tribunas deportivas. Es más, existen diversas teorías sobre esta coexistencia íntima con la música en la evolución. Algunas de estas se dieron porque al estudiar la respuesta del cerebro a la música, las áreas que se ven involucradas son las del control y la ejecución de movimientos. Entonces, se asume que esta podría ser una de las razones de su desarrollo: para ayudarnos a todos a movernos juntos. Y el motivo por la que esto tendría un beneficio evolutivo es que cuando la gente se mueve al unísono tiende a actuar de forma más altruista y estar más unida.

El área de la salud que se vale de la música con el fin de mejorar, mantener o intentar recuperar el funcionamiento cognitivo, físico, emocional y social, y ayudar a lentificar el avance de distintas condiciones médicas es la musicoterapia. A través de la utilización clínica de la música, busca activar procesos fisiológicos y emocionales que permiten estimular funciones disminuidas o deterioradas y realzar tratamientos convencionales. Se han observado importantes resultados en personas con trastornos del movimiento, dificultad en el habla producto de un accidente cerebrovascular y demencias. Además, la música puede ser una herramienta poderosa en el tratamiento de trastornos cerebrales y lesiones adquiridas al ayudar a recuperar habilidades lingüísticas y motrices, ya que activa a casi todas las regiones del cerebro. Estudios de neuroimagen muestran que tanto al escuchar como al hacer música se estimulan conexiones en una amplia franja de regiones cerebrales normalmente involucradas en la emoción, la recompensa, la cognición y el movimiento.

La música anima a la gente a moverse con el ritmo. Cuanto más destacado es el ritmo, más radical y contundente el movimiento del cuerpo. El ejercicio físico puede ayudar a mejorar la circulación, a proteger el cerebro y facilitar la función motora. La música induce estados emocionales al facilitar cambios en la distribución de sustancias químicas que puede motivar estados de ánimo positivos y aumento de la excitación, lo que a su vez puede ayudar a la rehabilitación. Emoción, expresión, habilidades sociales, habilidades lingüísticas y matemáticas, habilidades visoespaciales y motoras, atención, memoria, toma de decisiones, autonomía, creatividad, flexibilidad emocional y cognitiva, todo confluye en forma simultánea en la experiencia musical compartida.