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Diario Popular

En esta cuarentena, la tecnología nos llevó a hacer varias actividades a la vez. ¿Hasta qué punto nuestro cerebro está capacitado para multitareas? Te contamos cómo opera la memoria.

Las nuevas tecnologías han cumplido un rol esencial durante la cuarentena. Nos ayudaron a mantenernos en contacto con nuestros seres queridos y, en muchos casos, a poder continuar con el trabajo y los estudios desde la casa. Ahora bien, la tecnología también puede tener cierto impacto disfuncional, impulsado por la exigencia a realizar diversas acciones al mismo tiempo. Es habitual, estar trabajando en la computadora mientras miramos televisión o escuchamos música, y estamos pendientes de las redes sociales, los mensajes de texto, correos electrónicos o alertas de noticia en el celular. ¿Hasta qué punto nuestro cerebro está capacitado para sostener tareas múltiples?

El cerebro es, como cualquier sistema de procesamiento de información, un dispositivo con capacidades limitadas. Podemos decir que tiene dos cuellos de botella: uno es la atención (cuando tenemos dos fuentes de información suficientemente complejas, la eficiencia de una decae como consecuencia de la otra); y el otro, la memoria de trabajo (el espacio mental en el que retenemos la información hasta hacer algo con ella). Esta memoria es extremadamente susceptible a las interferencias. Cuando se intenta llevar a cabo dos tareas demandantes al mismo tiempo, la información se cruza y se producen errores. Existe evidencia científica de que las personas que funcionan con esa modalidad se dispersan más cuando pasan de una a otra. Son más propensos a quedarse pegados a estímulos irrelevantes y, por lo tanto, a distraerse fácilmente.

Además, suelen sobrevalorar su capacidad para hacer multitarea. Cuando estamos en una reunión, en una clase o viendo una película en casa y, al mismo tiempo, mandamos emails y mensajes desde nuestro teléfono, creemos que podemos seguir en profundidad lo que se dice y sucede en el entorno, pero esto, la mayoría de las veces, es solo una ilusión. Por el contrario, nos estamos perdiendo mucho.

Desde el punto de vista del funcionamiento cerebral, estamos capacitados para realizar numerosas tareas, pero debemos focalizarnos. Tener gran cantidad de cosas para hacer y hacerlas una por vez (que es lo recomendable) no es lo mismo que intentar hacer varias cosas al mismo tiempo. La multitarea tiene un costo cognitivo. La mala administración de la atención genera improductividad, ansiedad y estrés. Chequear correos electrónicos o notificaciones de redes sociales puede provocar entusiasmo, pero también cierta dependencia. La eficacia del manejo del tiempo obedece a cierta organización y rutina. La clave está en poner un filtro entre tareas importantes y ociosas. Para despejarnos, en vez de mirar el celular o cambiar de pantalla en la computadora, es mejor salir a caminar, respirar profundo, cambiar de actividad o hacer una tarea menos demandante. Se trata de aprender a balancear el uso de la tecnología y el tiempo de ocio para nuestro bienestar.