Hoy los sistemas educativos de todo el mundo enfrentan el desafío de preparar a las personas para un futuro interconectado y basado en el conocimiento. Es por esto que necesitamos una educación que enseñe a pensar críticamente, a resolver problemas, a adaptarse a nuevos escenarios, a adquirir nuevas habilidades constantemente y a ser solidarios con los demás.
Recibir educación de calidad (desde pequeños y hasta acceder a los títulos de mayor nivel) es un derecho de todos los niños, niñas y jóvenes; no puede ser para unos pocos. Lamentablemente, en Argentina el nivel de desigualdad es dramático. Tenemos que comprender que la educación, la investigación científica, la innovación y el desarrollo tecnológico son las mejores herramientas para revertir la situación. Por eso cuando hablamos de la importancia de invertir en conocimiento, estamos hablando también de equidad social para el presente y para el futuro.
Los países que crecieron de manera sostenida lo lograron gracias a haber comprendido que la inversión en educación es la base del desarrollo económico. Pero también comprendieron que la educación por sí sola no es suficiente para lograrlo, sino también es imprescindible la inversión en investigación científica.
Para todo esto, la universidad es una institución clave. Los países que construyen un sistema universitario amplio y fuerte que genere conocimiento original de calidad, tienen ventajas sobre el resto. Pero eso no se logra mágicamente sino que es resultado de una mirada estratégica a largo plazo. Un país que no invierte fuertemente en investigación básica, difícilmente podrá aplicar la ciencia al desarrollo y quedará destinado a imitar (y comprar) los avances de otros países.
Otra función muy importante de la universidad es incorporar conocimiento científico-tecnológico a la sociedad y al sistema productivo. Gracias al conocimiento se pueden aplicar nuevas tecnologías a la producción, innovar en los procesos, diversificar los productos, disminuir los costos, lograr nuevas fuentes de inversión y nuevas oportunidades comerciales.
En nuestro país, debemos reflexionar sobre las situaciones que estamos atravesando y generar un sistema educativo que sea un puente hacia el futuro. Tenemos el desafío de pensar y construir una comunidad educada para el desarrollo con equidad social. Es nuestra obligación decidir qué país queremos construir y hacerlo a partir de una estrategia común de los diversos actores, con debates y acuerdos básicos. No es una tarea fácil pero la peor de las decisiones es no intentarlo.