La imitación y la generalización son la base del aprendizaje de los bebes, que a los pocos meses de nacer pueden estimar probabilidades y actuar como “científicos” al explorar evidencia para tomar decisiones o consultar a un “experto” adulto sobre un tema.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, de Cambridge, observaron que bebes de 15 meses eran capaces de estimar probabilidades. Se mostró a estos bebes una caja donde había muchas pelotas azules y sólo algunas amarillas. Las pelotas azules sonaban; mientras que las amarillas, no. Entonces registraron que, si un investigador sacaba pelotas azules y mostraba que hacían ruido, al sacar una pelota amarilla, los bebés esperaban que hiciera ruido. En cambio, cuando en la caja predominaban las pelotas amarillas y había pocas azules, eran capaces de estimar que solo las pelotas azules hacían ruido. Estos estudios muestran que cuando la evidencia representa la muestra, los bebés pueden generalizar más rápidamente.
Los bebes actúan como verdaderos exploradores, y usan la evidencia para decidir indagar por sí mismos o pedir ayuda. Durante otro estudio, se mostró que una persona siempre podía activar el funcionamiento de luces y sonidos de un juguete. Cuando se les entregaba este juguete a los bebes, era más probable que le pidieran ayuda a esta persona para hacerlo funcionar a que eligieran jugar con otro. En otras palabras, los bebés eran capaces de inferir que el problema estaba en ellos mismos y no, en el objeto. Sin embargo, cuando les mostraban que la persona no siempre era capaz de activar las luces y sonidos del juguete, los bebés preferían cambiar de juguete.
Las investigaciones han demostrado que los bebes de diez meses aprenden más eficientemente acerca de un objeto cuando les resulta sorprendente, como por ejemplo, un camión que circula solo por una habitación. Van a preferir explorar este objeto a jugar con otros menos novedosos, como un camión de arrastre. Entonces, cuando algo desafía sus expectativas, lo exploran más y son capaces de probar las hipótesis relevantes para su funcionamiento. Esto sugiere que los bebés tienen conocimientos básicos sobre los aspectos fundamentales del mundo.
Las investigaciones nos llevan a pensar que una parte de este conocimiento puede ser innata y no solo producto del aprendizaje y la experiencia. Los bebes y los niños muy pequeños tienen teorías intuitivas del mundo que los rodea. Los niños en edad preescolar son ya capaces de probar hipótesis con datos y hacer inferencias causales, aprender de las estadísticas y la experimentación informal, y de ver y escuchar a los demás.
Todavía queda mucho por conocer de la capacidad lógica de los niños. Este misterio esconde el funcionamiento de una enorme y fascinante maquinaria de aprendizaje.