El trastorno de despersonalización

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Revista Viva
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Tener una enfermedad poco frecuente suele ser una situación muy angustiante no solo por padecer los síntomas que esta genera, sino también por la incomprensión del entorno, sumado a lo agotador que resulta pasar por médicos y especialistas hasta llegar a un diagnóstico preciso. La película estadounidense Numb (Entumecido, de 2007), escrita a partir de la experiencia personal de su director Harris Goldberg, retrata esto. Su protagonista es un guionista de Hollywood que empieza a sentir una sensación extraña que se le hace insoportable hasta que se descubre que tiene el “trastorno de despersonalización”.

Las personas con despersonalización sienten que nada de su alrededor les parece real, como si se tratara de un mal sueño que experimentan despiertos. Si bien los mecanismos neuroanatómicos que se encuentran alterados todavía son desconocidos, se considera que en esta enfermedad están afectadas las áreas frontales y somatosensoriales del cerebro. Estas estructuras, entre otras funciones, están relacionadas con dos procesos íntimamente vinculados: la percepción de nuestras sensaciones corporales y nuestra experiencia emocional. Una inhibición extrema de las emociones por parte de la corteza prefrontal sería la responsable de la  incapacidad de las personas para colorear con sentimientos (de familiaridad) las experiencias vividas.

Hace tiempo que sabemos que el registro de nuestros propios estímulos corporales como, por ejemplo, la respiración, los latidos de nuestro corazón y las sensaciones intestinales, tienen un rol fundamental en nuestras emociones. Basta con recordar los cambios que sentimos en el cuerpo cuando interactuamos con una persona que nos resulta muy atractiva (o todo lo contrario), o cuando nos encontramos en una situación de peligro, o las sensaciones corporales que experimentamos al ver a alguien lastimarse. Es decir, las emociones y el cuerpo son inseparables, y es esta unión la que se encuentra afectada en el trastorno de despersonalización.

En un estudio reciente de nuestro laboratorio, se encontró que el trastorno de despersonalización estaba asociado a dificultades para reconocer las sensaciones corporales, específicamente para identificar identificarla frecuencia de los latidos cardíacos. Además se encontraron dificultades en la capacidad para sentir empatía. El resultado más interesante se registró utilizando una novedosa técnica de análisis de neuroimágenes denominada “conectividad funcional”, que permite analizar cómo se conectan entre sí distintas estructuras del cerebro.Así se pudo observar la presencia de una alteración en la conexión de las áreas cerebralesfundamentales para el procesamiento de las sensaciones corporales y de la experiencia emocional.

La película de Goldberg expone de forma descarnada e irónica la travesía que sufren los pacientes con este tipo de trastornos para recibir el diagnóstico adecuado y encontrar tratamientos que mejoren su vida. También exhibe la soledad que experimentan en este proceso. Conocer cada día un poco más acerca de esta condición es esencial para promover la comprensión social y avanzar en el diagnóstico y el desarrollo de tratamientos terapéuticos. En síntesis, mejorar la calidad de vida de quienes padecen este trastorno. Debemos decir una vez más que, en tal caso, lo raro son las enfermedades, no las personas que las sufren.