– Controlar el colesterol y la glucemia. Evitar el sobrepeso. Cuidar la presión. Comer verdura, fruta, pescado: hace bien al corazón, al sistema vascular y al cerebro.
– Hacer ejercicio físico, porque genera nuevas conexiones cerebrales, es un buen ansiolítico y antidepresivo, y refuerza el pensamiento creativo.
– Dormir bien, 8 horas, y hacer la siesta. Es salud.
– Combatir el estrés. Lo que nos pasa es inevitable, pero podemos mejorar cómo enfrentamos esa realidad. Uno puede estar en una playa en Jamaica, pero con el bocho aquí y no va. Y se puede estar en medio de la City porteña en paz.
– Hacer vida social: la gente aislada, que no se conecta, se muere antes. Estar aislados socialmente tiene una mortalidad mayor que el tabaco y el alcoholismo. Hay que conectarse, ir a misa –no sólo por la misa sino para estar con gente–, ir a espectáculos gratuitos, reuniones, juntarse con los demás.
– Encarar desafíos intelectuales. Hay que hacer algo que nos cueste: estudiar violín, otro idioma. Eso hace bien. Yo, por ejemplo, estoy estudiando economía.